Pasan los días incesablemente y con ellos se van los años uno tras otros. Tantos recuerdos que se van quedando atrás en la incertidumbre de mi sanidad mental. Aun si pienso que estoy dentro de todos (o la mayoría) mis cabales mentales, nada me asegura que los recuerdos que tengo hayan sucedido alguna vez, ni si quiera los pocos mementos que he decidido guardar me convencen de que quizás no lo este inventado o imaginando irracionalmente. De todas maneras no suelo mirar los objetos que me traen viejos recuerdos, todo lo contrario, nunca los miro, son solo objetos, siempre he pensado que lo que realmente importa esta en ti mismo, no en cosas externas a ti. Pero no puedo evitar sentir un pequeño dolor en el pecho al pensar que cada vez esos recuerdos se van haciendo mas borrosos, quizás cuantos ya he olvidado y ahora no significan nada.
De la misma forma en que me dolería perder los recuerdos de los momentos que hoy vivo, me duele perder aquellos momentos que ya viví.
Me pasa bien seguido, cuando escucho una canción la cual me gusto mucho en algún tiempo, me trae recuerdos, aunque mas que imágenes, me devuelve los sentimientos de aquel momento, como si la canción los guardara para algún momento yo volver a escucharla y recordar de una manera especial esos días. Obviamente no los guarda por siempre, después de un tiempo de escuchar la canción los sentimientos se desvanecen, como la gran mayoría de las cosas en esta vida.
Una de esas canciones, y ahora que lo pienso, tiene una historia bastante triste. No es mas que una triste historia